No soy, para nada una entendida o dominadora del tema musical en ninguno de sus géneros.
Si en mi hay algo de “entendida”, es mi oído y mi sentimiento y es de acuerdo con ellos que, haciéndoles caso, de pronto, se me ocurre hacer lo que hago, quizás porque soy de piel y no de conocimientos intelectuales acerca del tema. Se me ocurre que esta es una forma de compartir y de entender porque dejo que la música traspase mi piel y entre en mi despertando mi sensibilidad y disfrutando, del placer de escuchar . Eso es todo. Pero al escuchar trato de poner todo mi entendimiento y, de alguna manera, ponerme en la piel del intérprete, del autor y del momento, para que la riqueza de la composición me ocupe desde la punta del pie hasta la punta del pelo… y así disfrutar mientras comprendo… Cada estilo musical, cada composición con sus armonías, sus letras y su instrumentación reflejan el sentimiento y la emoción de alguien cuya inspiración y vivencias lo impulsó a producir para compartir y contar, casi siempre, que es lo que fue.
Después de haber trabajado en la preparación de los dos programas que incluyo en Musicando quedé con la sensación de que, al menos aquí, hay una manifestación profunda de los sentimientos de hombres y mujeres de una raza que manifiesta su sentir a través de su música: la raza negra. Porque tanto en el tango como en el jazz son ellos, quienes, a partir de sus vivencias y nostalgias, a través de su dolor por sufrir el menosprecio y la violencia de otra raza que, a saber por que, se erigió en raza superior: los secuestraron, los violentaron y los transformaron en esclavos apartándolos de sus raíces, de sus seres queridos, de su territorio, y de sus culturas, sin oportunidades, sin piedad y en las peores condiciones, bajo las cuales esos hombres y mujeres se reunían y hacían su música manifestando toda su nostalgia y su dolor. El aporte de la raza negra a la música se percibe lleno de dolor, de nostalgia. A veces con alegría, cuando se sienten juntos y compartiendo con sus iguales, pero lo que resulta indudable es que su aportación ha sido básica e incontestable.
Al fin y al cabo todo es cuestión de genes, cromosomas y pigmentación de la piel, por lo demás, y socialmente, es cuestión de violencia de sometimiento e intolerancia, porque en todas las épocas, personas negras ilustres hicieron frente a los prejuicios y destacaron en todos los ámbitos, desmintiendo los mitos acerca de su pretendida inferioridad.